Así, podrás actuar sobre datos concretos y no sobre una simple intuición o especulación (admitámoslo, el 90% de las veces en que nos basamos en lo subjetivo, estamos equivocados).Esto significa que la métrica que esté teniendo en cuenta otra persona con otro negocio distinto puede que no sea la más adecuada para el tuyo. Y esto va tanto para negocios digitales como para negocios físicos. Tener las métricas de negocio correctas te permitirá “hacer economía” con las decisiones que tomes.Es decir, obtener un 80% de resultados en 20% del tiempo, tomando las decisiones más acertadas para un problema concreto.Esto es importantísimo, porque tenemos una cantidad de tiempo limitada y enfocarnos en la métrica equivocada puede llevarnos a cometer errores o no avanzar en nada.Hay miles, MILES de métricas distintas ahí afuera. Es muy fácil confundirse y creer que tal o cual es la más importante, pero no todo es tan claro como parece.
“Para alcanzar la libertad, solo hay un camino: el desprecio de las cosas que no dependen de nosotros”.Esta frase de Epicteto puede sonar muy radical, pero resume bastante bien la conversación que tuvimos con los demás miembros del equipo sobre cómo definir objetivos personales y de negocio que nos lleven a la felicidad.Los estoicos decían que, para ser felices y libres, tenemos que concentrarnos en las cosas que podemos controlar, porque son las únicas que dependen de nosotros.Por eso, el tipo de objetivos que nos ponemos (ya sean personales o de negocios), es crucial.Entonces, ¿cómo saber si un objetivo que nos propusimos es conveniente o no?
Ya hace años los grandes gurús de la productividad vienen pregonando que tenemos que organizar los canales de comunicación que tenemos. Se referían, sobre todo, a la bandeja de entrada del correo electrónico y las llamadas telefónicas. En esencia, lo que decían es que tenemos que establecer un periodo de tiempo limitado en el día para revisarlos y filtrarlos lo más rápido posible. De hecho, las estadísticas indican que un trabajador promedio recibe unos 90 e-mails por día (y eso sin contar llamadas y otras notificaciones más).Teniendo en cuenta que nos toma alrededor de 15 minutos llegar a concentrarnos de nuevo en una tarea tras una interrupción, estas distracciones son un enemigo mortal de la productividad.Es por eso que, para poder ahorrar tiempo y potenciar nuestra productividad, necesitamos un sistema que nos permita procesar el flujo de información que nos llega, no solo para ahorrar tiempo sino para poder mantenernos al día.Con un sistema, lograrás ordenar tu inbox (todas las bandejas de entrada de información que tengas) para poder procesarla más rápido y sin perder tiempo en ello.En el episodio de hoy conversamos sobre el sistema que usamos nosotros para perder menos tiempo revisando y poniéndonos al día con toda la información que nos llega.
Existe un límite de hábitos que podemos desarrollar por año, porque crear un hábito requiere de esfuerzo y tiempo. Por eso, lo mejor es priorizar y elegir bien cuáles desarrollar. Sobre todo, saber elegir con cuál hábito empezar. Y es que hay UN hábito que necesitas desarrollar para mejorar la situación en la que estás ahora o resolver el problema específico que tienes. Un hábito clave que te permitirá desarrollar más hábitos después de forma fácil y natural. Ese hábito es como la punta del ovillo: ese hilito que hay que estirar para desatar el nudo entero. Lo que necesitas es identificar ese hábito que está íntimamente conectado con tu porqué y es el que TÚ necesitas crear. Siguiendo con el ejemplo, tal vez “sonreír más” sea un hábito útil y te sirva para muchas cosas (ser más feliz, adoptar una mejor actitud a los problemas), pero ¿es el que realmente necesitas para alcanzar el objetivo que te propusiste? En el episodio de hoy conversamos sobre cómo elegir un nuevo hábito para empezar y el gran error que cometen muchos cuando empiezan un nuevo hábito
Cuando tenemos una idea de negocio, suponemos muchas cosas (es decir, tenemos muchas hipótesis). Creemos que estamos dirigiéndonos al público correcto, que tienen tal o cual problema y que están buscando una solución que podemos darle. El problema es que todas las hipótesis implican un riesgo. Y lo normal es que estemos equivocados respecto de muchas ellas. Por eso, ANTES de poner cualquier idea de negocio en acción, tenemos que trabajarla y cocinarla (como una bondiola en el horno ;) Hay que evaluarla, y después desmenuzarla y analizarla por partes. Analizar las personas que van a comprar, el precio, dónde vamos a poner el negocio… Hay mil variables distintas que pueden determinar el fracaso o no de un negocio, y algunas tienen más peso que otras. Recuerda: un buen emprendedor no es un visionario que salta al vacío, sino alguien que analiza antes de tomar acción. Alguien que sigue un método, que trabaja sobre información concreta y no de simples hipótesis. Por eso es tan importante validar la idea de un negocio antes de emprender. Solo así podrás formar parte del 20% de las personas que emprenden con éxito. En el episodio de hoy conversamos sobre cómo validar tu idea de negocio antes de emprender y nuestro método favorito para hacerlo.